lunes, 17 de junio de 2013

MODELADO TERRESTRE

Modelo de la estructura interna de la tierra

La estructura interna de la tierra se conoce y se infiere basado en diversos estudios, los cuales proporcionan datos indirectos o directos, éstos últimos mediante las excavaciones terrestres. Las excavaciones proporcionan datos muy limitados, ya que las más profundas sólo alcanzan unos cuantos kilómetros. Los lugares en los cuales se han realizado las excavaciones más profundas de la tierra se encuentran en África del Sur, donde las compañías mineras han excavado 3.5 Km. de profundidad para extraer oro. (Explora la imagen)


Mayores profundidades parecen ser imposibles de realizar ya que el calor y la presión en las mismas, impide que los humanos desciendan más. Debido a que el radio terrestre se estima en 6.370 Km., se puede deducir que la información obtenida directamente de la estructura interna a través de las excavaciones es muy escasa.
El relieve.

Entendido como la diferencia en la elevación entre dos puntos de la superficie terrestre, está constituido por diversas geofromas, tales como un valle, una montaña, una llanura entre otro.
Estas formas  que presenta la superficie terrestre son la consecuencia de la interacción dinámica entre las geosferas del planeta, manifestada a través de los agentes geológicos, que modifican constantemente los materiales de la corteza terrestre, o modelado terrestre.

Isaac Newton fue el primero de los científicos en proponer una teoría sobre la estructura de la tierra. Basado en sus estudios sobre la fuerza de la gravedad, Newton calculó el promedio de la densidad de la tierra y encontró que tenía más del doble de la densidad de las rocas cercanas a la superficie. Con estos resultados, concluyó que el interior de la tierra tenía que ser mucho más denso que las rocas de la superficie. Sus descubrimientos excluían la posibilidad de un submundo cavernoso, pero no explicaba dónde comenzaba el material más denso y cómo variaba la composición de las rocas de la superficie.

Posteriormente el estudio de fenómenos como los terremotos, eventos potencialmente destructivos para el ser humano, son los que más datos han aportado sobre el interior de la tierra. La razón de esto, es que cada terremoto manda una formación de ondas sísmicas en todas las direcciones. Esto es similar a lo que ocurre cuando se tira una piedra en el agua y se crean ondas. La observación de estas ondas sísmicas cuando viajan a través de la tierra, ha ayudado a comprender los materiales en los cuales se mueven las ondas. El conocimiento de la estructura interna de la tierra se ha inferido mediante datos indirectos proporcionados por lageofísica.

La geofísica provee la información a través del estudio de las ondas sísmicas. Estas ondas se desplazan con distinta velocidad según la densidad del medio que atraviesan. La génesis de estas manifestaciones energéticas tiene que ver con un terremoto o con algún sismo provocado. Estos últimos pueden originarse debido a explosiones nucleares o, en menor escala, a las detonaciones que se practican para estudiar mantos rocosos, yacimientos de hidrocarburos, y otros, que generar ondas sísmicas.

Ondas Sísmicas
Un terremoto ocurre cuando repentinamente las rocas en la zona de la falla se deslizan una contra otra, descargando la presión que se ha acumulado con el tiempo. El deslizamiento descarga energía sísmica, que se dispersa a través de dos tipos de ondas: ondas P y ondas S. Estas hondas tienen diferentes características, las ondas P son ondas de compresión y las ondas S son ondulantes, ambas presentan comportamientos distintos dependiendo de la composición del material que cruzan.

Las ondas P vibran en sentido paralelo a la dirección de propagación, son más rápidas y se transmiten tanto en medios sólidos como líquidos.

Las ondas S vibran en sentido transversal a la dirección de propagación, son más lentas y sólo se transmiten a través de medios sólidos.



Actualmente existe una sofisticada red de estaciones sismográficas, lo cual ha permitido estudiar en detalle las ondas que atraviesan el interior del planeta y se ha podido definir su velocidad, amplitud, reflexiones, retracciones y otras características. Al integrar todos los resultados obtenidos por las estaciones sísmicas se ha deducido una estructura interna de capas concéntricas.

Una de las más importantes observaciones de la estructura de la tierra fue hecha por el sismólogo croata Andrija Mohorovicic. El, notó que las ondas P medidas a más de 200 Km. del epicentro de un terremoto llegaban con más velocidad que aquellas dentro de un radio de 200 km.
Esto se explica debido a que las ondas que llegan con más velocidad viajan a través de un medio que les permite acelerarse. En 1909 Mohorovicic definió el principal y el primer borde dentro del interior de la tierra, ubicado entre la corteza, que forma la superficie de la tierra, y una más densa debajo, llamado el manto. Las ondas sísmicas viajan más rápido en el manto que en la corteza porque están compuestas de un material más denso. Por consiguiente, las estaciones más lejanas del origen de un terremoto reciben ondas que han viajado a través de las rocas más densas del manto. Las ondas que llegan a estaciones más cercanas se quedan dentro de la corteza todo el tiempo. El nombre oficial del borde de la corteza y manto es la Discontinuidad Mohorovicic , en honor a su descubridor, sin embargo, usualmente se le llama Moho.

En la estructura terrestre no sólo se encuentra la discontinuidad Mohorovicic, como puede observarse existen otras discontinuidades que constituyen los límites de las capas concéntricas, y son zonas donde la velocidad de las ondas aumenta o disminuye abruptamente, al pasar de un medio a otro.

Otra observación hecha por los sismólogos fue que las ondas P mueren aproximadamente a 105º del terremoto, y reaparecen aproximadamente a 140°, llegando mucho más tarde de lo esperado. Esta región que no tiene ondas P se llama la zona sombras de la onda P.
Las ondas S, al contrario, mueren completamente aproximadamente a 105° del terremoto. Hay que recordar que las ondas S no pueden viajar a través de líquidos. La zona sombría de las ondas S indican que hay una profunda capa líquida dentro de la tierra que detiene todas las ondas S pero no las ondas P.

En 1914, Beno Gutenberg, un sismólogo Alemán, usó estas zonas sombrías para calcular el tamaño de otra capa dentro de la tierra llamada núcleo. El definió un borde agudo del núcleo y el manto a 2.900 Km. de profundidad, donde las ondas P se refraccionan y disminuyen velocidad. Es así que en el modelo de la estructura interna de la tierra, la primera gran división está dada por las discontinuidades de Mohorovicic ( 30 a 60 Km.) y Gutemberg ( 2.900 Km.) que dividen al globo terrestre en corteza, manto y núcleo. En el primer límite (Mohorovicic) que no es una superficie regular, se produce un brusco aumento de la velocidad de las ondas P. A los 2.900 Km. (Gutenberg) la propagación de las P sufren un descenso notable y las ondas S no se propagan.

Las diferencias entre las velocidades de propagación marcan distintos tipos de materiales y medios físicos. En la actualidad existen estudios más detallados que muestran otras divisiones, como el área de baja velocidad ubicada entre los 60 y 250 Km. de profundidad, que se interpreta como una zona de alta plasticidad de los materiales del manto y la discontinuidad de Wiechert que se manifiesta a los 5.150 Km. y parece diferenciar al núcleo en dos partes concéntricas. El esquema mencionado aquí no explica algunas de las interrogantes que se hacen los geólogos, entre ellas: no indica la temperatura y el estado físico de los materiales del interior de la tierra.


Las mediciones directas indican que la temperatura aumenta un grado por cada 30 metros promedio de profundidad. A este concepto se lo denomina gradiente geotérmico. Si realmente esto se cumple, a una profundidad de 60 Km. los materiales estarían en estado de fluidez. Pero 60 Km. es relativamente poco si se considera que el radio terrestre tiene 6.370 Km. Entonces surgen otras interrogantes acerca de la incidencia de la presión y la temperatura sobre el núcleo.

Las cortezas
La parte más superficial de la Tierra se denomina corteza, y es de dos tipos: corteza continental ycorteza oceánica. La corteza continental es, como su nombre lo indica, la que forma los continentes, está conformada principalmente por material de granito, tiene en promedio entre 30 y 40 Km. de espesor y, a profundidad, presenta velocidades para ondas P de alrededor de los 6.0 a 6.5 Km./s.

La corteza oceánica es predominantemente basáltica y tiene velocidades de las ondas P de unos 6.7 a 6.9 Km./s, su espesor medio es de unos 7 km. La capa que se encuentra inmediatamente bajo la corteza recibe el nombre de manto entre ellas se halla la discontinuidad llamada de Mohorovicicya mencionada anteriormente. Debajo de ella la velocidad de las ondas P en el manto es de unos 7.9 a 8.2 km/s, y su densidad es de unos 3.3 g/cm3.

El manto llega hasta los 2 .950 Km. de profundidad donde tiene una densidad de unos 5.5 g/cm3 y una velocidad de las ondas P de unos 10.5 Km. /s. Las propiedades del manto varían bastante; desde cerca de los 100 Km. hasta los 150 Km. de profundidad se encuentra una capa de baja velocidad llamada astenósfera donde hay material que posiblemente se encuentra en estado de semifusión. Alrededor de los 700 Km. de profundidad se encuentra una zona donde cambia rápidamente la velocidad, la cual separa al manto superior, situado encima de esta profundidad, del manto inferior, situado debajo.

La corteza es la parte más superficial del manto, hasta una profundidad de unos 100 Km., se denomina litosfera. A los 2 950 Km. de profundidad se describe la discontinuidad llamada deGutenberg o fundamental la cual, separa el manto inferior del núcleo externo. Al pasar del manto al núcleo externo, aumenta la densidad (de 5.5 a 10 g/cm3) pero disminuye drásticamente la velocidad de las ondas P (de 10.5 a 8.0 Km./s), y las ondas S no son transmitidas, lo que indica que el material del núcleo externo es líquido. Tanto la densidad como la velocidad de las ondas P aumentan con la profundidad hasta llegar a los 5 150 Km. de profundidad, donde se encuentra la discontinuidad denominada Lehmann entre el núcleo externo y el núcleo interno, el cual es sólido y llega hasta el centro de la Tierra situado a 6 371 Km. de profundidad.

Estos datos acerca del interior de la Tierra han sido obtenidos mediante el estudio de ondas sísmicas con trayectorias como las mostradas en la siguiente figura.

En esta figura, un foco sísmico se sitúa en F; las letras mayúsculas que identifican cada rayo, indican si éste atravesó el manto como P (línea sólida) o como S (línea punteada); la c minúscula indica reflexión en la frontera manto-núcleo y Kindica transmisión a través del núcleo externo, lo cual, es sólo posible para ondas de tipo P, pues los líquidos no transmiten las ondas S. Finalmente, la iminúscula indica reflexión en la frontera núcleo externo-núcleo interno, mientras que I mayúscula indica transmisión a través del núcleo interno.



La teoría de la Isostasia (del griego isoz [mismo] + stasiz [detención])
Esta teoría indica que debido a que los continentes son menos densos (más ligeros) que el manto, flotan sobre éste. Si bien el manto es sólido, ante fuerzas aplicadas durante tiempos prolongados, actúa como un líquido en extremo viscoso, y un material más ligero que él, colocado encima se hundirá lentamente hasta desplazar la cantidad de material del manto equivalente a su peso (principio de Arquímedes).
Como el manto es más denso, el volumen desplazado es menor que el del continente y parte de éste sobresaldrá del nivel del manto; exactamente igual a lo que sucede cuando se tira un trozo de madera sobre agua.

Durante la última gran glaciación (edad de hielo) la región conocida como Fenoscandia, que incluye los países escandinavos y Finlandia, estuvo cubierta por una enorme capa de hielo que la hizo hundirse en el manto. Ahora que la capa de hielo ha desaparecido, Fenoscandia pesa menos y se está elevando con velocidades que alcanzan 1 cm. /año. Éste es un ejemplo que corrobora el principio de isostasia.
Debido a este principio, cada montaña que observamos, tiene una extensión continental que se proyecta hacia abajo en el manto y que es más profunda cuanto más alta es la montaña. De esta manera, el efecto de la masa extra que representa la montaña se contrarresta porque abajo de ella, material ligero de la corteza ha tomado el lugar del material denso del manto.

Uno de los argumentos que se daban en contra de la teoría de la deriva continental, era que sería imposible el movimiento de los continentes abriendo paso a sus raíces a través del manto. No obstante, c on la tecnología actual la estructura del interior de la tierra se hace más clara a medida que la técnica de las imágenes avanza. La tomografía sísmica es una técnica relativamente nueva que usa ondas sísmicas para medir variaciones muy pequeñas en la temperatura dentro del manto. Ya que las ondas se mueven más rápido a través del material frío y más despacio a través del material caliente, las imágenes que los científicos reciben les ayudan a 'ver' el proceso de convección en el manto.


Esta y otras imágenes ofrecen un viaje virtual al centro de la tierra. El método reconstruye la estructura interna de la tierra en la pantalla de un ordenador, corte a corte. Esto se logra mediante la organización del ruido sísmico ambiental que normalmente es desechado como basura sísmica. Gracias a este sistema, los científicos logran realizar un trabajo más eficiente.


Tectónica terrestre


Existen diversas teorías que tratan de explicar la conformación continental. La primera de ellas, se remonta la siglo XIX, cuando Antonio Snider-Pellegrini , expuso la idea de que los continentes alguna vez estuvieron juntos y se habían estado separando paulatinamente, pero fue el meteorólogoAlfred Wegener, en 1912, quien propuso esto como una verdadera hipótesis científica: denominada laDeriva Continental, en su publicación El Origen de los Continentes y los Océanos.

Esta hipótesis proporcionaba evidencias de que los límites de África y América del Sur encajaban de manera casi perfecta, también presentaba los patrones de distribución biogeográfica que relacionaban continentes tan distintos y lejanos como África, América del Sur y Australia, y algunas evidencias geomorfológicas como la presencia de las mismas formaciones geológicas a ambos lados del Océano Atlántico a como es el caso de la Cordillera de los Apalaches y la región de los paí­ses Ecandinavos.

La teoría de Wegener proponía que hacia finales del Carbonífero (aprox. 300 m.a.), todos los continentes actuales formaban parte de un supercontinente, al que llamó "PANGEA", rodeado por un océano que cubría el resto de la superficie de la Tierra. La teoría de Weneger indicaba que PANGEA empezó a fragmentarse, primero en dos supercontinentes, Gondwana al sur y Laufasia al norte, y a continuación en los actuales continentes, que empezaron a separarse. La teoría de Wegener no supo explicar lo que originaba el movimiento de los continentes, debiendo enfrentar la concepción aceptada de que el planeta era una masa única e inmóvil, lo que hizo que la teoría fuera fuertemente criticada y no tuvo aceptación dentro de la comunidad geológica.

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PANGEA

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Algunas décadas después de la segunda guerra mundial , se realizaron investigaciones relacionadas con el magnetismo térmico remanente de las rocas y se comprobó un cambio en la orientación magnética de las rocas de una misma formación. Lo único que podí­a explicar este hecho era que, atraída por el polo magnético, lamagnetita presente en las rocas, se situaba en dirección Norte durante el proceso de solidificación.
Una vez fija en esa posición, y a medida que los continentes se desplazaban la magnetita perdía su orientación Norte, y si la formación era separada por un proceso de divergencia, es así como según la trayectoria del desplazamiento de cada capa, la orientación final presentada por la magnetita en las rocas sería diferente. Esto sirvió de base científica para apoyar la hipótesis de que los continentes se habí­an desplazado durante la historia del planeta.

La expansión de los fondos oceánicos
Según Colmes, los continentes eran arrastrados por corrientes de convección en el manto terrestre, simulando una cinta transportadora. Hess propone un modelo, donde las dorsales oceánicas, son zonas de afloramiento de nueva corteza oceánica y las fosas, las zonas de hundimiento (subducción). Con esto explicaba las altas temperaturas y la mayor gravedad de las dorsales oceánicas; la disposición en bandas paralelas de la corteza oceánica, la menor gravedad de las fosas oceánicas, el mayor espesor de los sedimentos justo antes de la fosa oceánica, y la alta sismicidad de dorsales y fosas. Es decir, que la acumulación de sedimentos en los fondos oceánicos y el aumento de ladensidad, producto de la contracción térmica al enfriarse la corteza, provocan un aumento del peso de la corteza en esas zonas, generando el hundimiento de la corteza y facilitando el proceso de subducción.

De esta manera, confirmaba el modelo de Holmes sobre las corrientes convectivas del manto. Las dorsales se corresponden con los flujos ascendentes, la corteza con el flujo horizontal superior y la subducción de la fosa con el flujo descendente de la corriente convectiva. La depresión de la cima de las dorsales se debe a que el flujo ascendente se bifurca en dos direcciones, que es donde alcanzan el máximo. Los terremotos se deben a que la corteza, de rocas rígidas se rompe al cambiar de dirección y los volcanes son magma procedente del manto que se cuela entre las fallas de las rocas. De esta manera, la corteza oceánica se expandirá, con el tiempo, separando los continentes.

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Poco después Robert Dietz completó la teoría fijando así el nuevo paradigma. La expansión del fondo marino se debe a que la corteza, junto con la parte superior del manto forma una capa rígida llamada litosfera y que tienen un espesor de 70 kilómetros . Esta capa flota sobre la astenósferaque es la capa dúctil en la que se producen los movimientos convectivos.

Así pues, una placa es un fragmento rígido de litosfera, es decir la corteza oceánica, la corteza continental y la parte superior del manto. La litosfera está formada por un número reducido de placas más o menos grandes. Estos fragmentos son rígidos, pasivos, inactivos y se mueven sobre el manto. Sin embargo, en la zona de contacto entre placas se rompen generando terremotos, vulcanismo y deformaciones en la corteza continental (orogénesis). Los límites de una placa son: La dorsal oceánica, la fosa oceánica y determinadas fallas transformantes. En una placa se pueden dar tres movimientos: de separación, a lo largo de las dorsales oceánicas, de aproximación a lo largo de las fosas, y de deslizamiento, a lo largo de las fallas transformantes.

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Con este esquema los continentes se comportan de forma pasiva, siendo transportados encima de la corteza oceánica. Así pues, no son los continentes los que se mueven aunque sí son transportados. Y además los fondos oceánicos son mucho más jóvenes, debido a este mecanismo de continua creación y destrucción (máximo 150 millones de años). Para que el radio de la Tierra no se incremente, debido a la expansión de los océanos, además de la creación también debe haber destrucción de la corteza oceánica. Esto es cierto debido a que se ha comprobado en reiteradas ocasiones que cuanto mayor es la distancia de una isla volcánica a la dorsal oceánica más antigua será. Además que las islas volcánicas alejadas de las dorsales están inactivas porque han perdido el contacto con el flujo ascendente del manto; y también son más bajas, ya que están más erosionadas, sin embargo esto es más relativo. El espesor de la litosfera en la corteza oceánica es de unos 50 - 150 kilómetros, mientras que en la corteza continental es de unos 100 - 200 kilómetros.

En 1965 Edward Bullard comprobó que la coincidencia entre las costas de los continentes es casi absoluta a una profundidad de unos 2.000 metros. Bullard logró reconstruir idealmente el continente de Pangea, rodeado de un gran océano, Pantalasa, y con un mar que se internaba desde el este, el mar de Tetis. La tectónica de placas no sólo explica los terremotos y los volcanes, sino también, las grandes cadenas montañosas. El contacto entre placas da lugar a tres situaciones:

1.- La subducción de una plaza oceánica por debajo de otra, lo que da lugar a un arco de islasvolcánicas (Islas del Caribe), que incluso puede hacer aflorar la corteza oceánica.

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2.- La subducción de una placa oceánica por debajo de una corteza continental, provoca la elevación de grandes cadenas montañosas en el continente (los Andes y las Rocosas).

3.- La subducción de las placas de corteza continental, una bajo la otra, que produce grandes cordilleras como el Himalaya. Además, la comprensión de los materiales sedimentados en el borde genera grandes pliegues.
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La última gran dorsal, aún en formación, es el valle del Rift, de donde toman el nombre las depresiones de la cima de las dorsales, desde los grandes lagos africanos, hasta el mar muerto. Se considera que en un futuro esa dorsal continúe expandiéndose y forme un nuevo océano.
En la actualidad existen siete placas principales: pacífica, norteamericana, suramericana, africana, euroasiática, indoaustraliana y antártica; y otras siete menores: arábiga, del Caribe, de Nazca, de Cocos, Filipina, del Irán y del Atlántico sur. No obstante, las placas pueden romperse o fundirse, y así cambiar su número.

Puntos calientes:
Además del mecanismo convectivo en el manto, se dan también otras formas de ascenso en el terreno denominados puntos calientes, los cuales, generan en medio de las placas fenómenos volcánicos, como las islas de Hawai, Canarias o Yelowstone, aunque no son permanentes, como el Campo de Calatrava (España). Los puntos calientes son un problema para el esquema de células convectivas, ya que si hay una corriente ascendente le debería corresponder otra descendente.
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Hoy en día se considera que no son necesarias células convectivas completamente cerradas como las de la atmósfera sino que existen columnas ascendentes y columnas descendentes con capacidad para empujar horizontalmente las placas. Las columnas descendentes, tendrán capacidad para arrastrar la litosfera hacia el manto. En general se tendería a la célula convectiva pero no sería absolutamente necesario. El problema de este modelo es que deberían existir “puntos fríos” igual que los calientes, cosa que no se ha constatado. Los puntos calientes se consideran como el nacimiento de una nueva dorsal oceánica.

El ciclo de Wilson
Todos los procesos anteriormente expuestos se sintetizan en el ciclo de Wilson, el cual, debe su nombre a John Tuzo Wilson que integra el ritmo del tiempo geológico y la fusión y ruptura de placas. El ciclo del Wilson comienza con la fragmentación de un continente, debido a la acción de un punto caliente. El punto caliente se formaría debajo de los continentes, por cambios de temperatura. Este foco produce el adelgazamiento y fracturación de la litosfera. Aparece, entonces, un rift que irá evolucionando hasta convertirse en un océano.

El fondo de este océano está formado por bandas paralelas de basalto que reflejarían las inversiones magmáticas. Los continentes de ambos lados del rift quedarán como costas sin actividad sísmica, en las que se producirá una importante sedimentación. La corteza oceánica irá enfriándose a medida que se aleja de la dorsal, haciéndose más rígida y densa. Cuando está suficientemente fría se romperá y comenzará la subducción, en la parte más débil (la más cercana al continente). Se genera, así, una fosa, por la que se destruye la corteza oceánica.

Si la fosa se crea, en parte sobre la corteza continental el océano tenderá a cerrarse, originando un relieve de colisión al plegar los sedimentos del borde continental y fracturar el borde del continente. Este relieve se sutura fusionando sendas placas, y formando un gran continente, aunque quedaría una cicatriz más débil. Sobre este gran continente aparecerá de nuevo un punto caliente que lo romperá. Según este esquema alrededor de un continente antiguo se irán fusionando, además de otros continentes, rocas procedentes de la corteza oceánica más modernas.

Se considera que a lo largo de la historia de la Tierra este ciclo se ha completado en cinco ocasiones, precedido por una tectónica de miniplacas, hace entre 2.800 y 2.500 millones de años. Esta es la época en la que se formaron las grandes extensiones de granitos. Los supercontinentes se disgregarán y se unirá en varias ocasiones: hace 2.100 millones de años (Pangea I), 1.800-1.600 millones de años (Pangea II), hace 1.100 millones de años (Pangea III). Y hace 600 millones de años se formó Pangea IV que sufrió un ciclo de Wilson completo hasta formar, hace 250 millones de años Pangea V que comenzaría el ciclo actual. Pangea V se corresponde con el Pangea que imaginó Wegener. Según esto los supercontinentes se forman cada 400 a 500 millones de años, y un punto caliente es capaz de romper un continente en 100 millones de años.

Algunos autores piensan que este ciclo es un modelo más que una realidad, y que los grandes supercontinentes no están unidos al mismo tiempo nunca, sino que se agregan y se disgregan partes en diferentes momentos de la historia de la Tierra , más o menos próximas. Esto es debido a que los puntos calientes se pueden producir bajo la corteza oceánica, y no necesariamente bajo los continentes más grandes, ni en su centro, que es donde menos cambios de temperatura se producen. En la actualidad los puntos calientes más activos están en las islas Canarias, Cabo Verde y en el parque de Yelowstone entre otros.
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Es muy probable que, mientras en algún lugar esté ocurriendo disgregación, en otra ocurre agregación, e incluso mientras está chocando una placa contra otra, en el interior de una de esas placas se está formando un nuevo rift que rompa y separe otras placas. Esto es lo que parece estar ocurriendo en la actualidad en la placa africana que se separa a lo largo de la dorsal del Índico empujando hacia el continente africano pero también se separa a lo largo del valle del Rift, empujando el continente africano hacia el Índico. Aunque el ciclo de Wilson otorga una importancia excesiva a los continentes, es un modelo que debe ser considerado con interés.

El principal problema que no resuelve la teoría es, cómo se producen las corrientes convectivas, cuáles son las irregularidades en el manto, o en el núcleo, qué permite que en un determinado punto la temperatura sea mayor (o menor) que en su entorno.


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